Un bofetón sí es maltrato infantil

12.02.2018

Siempre he pensado que dar un bofetón, un cachete, una colleja, insultar o humillar a l@s niñ@s es maltrato, igual que dar un cachete un bofetón, insultar o humillar a un adulto.

Todos estamos en contra y ponemos el grito en el cielo cuando una mujer es maltratada por su pareja, ya sea que haya recibido un golpe, empujón, sido humillada..., pero cuando un niño recibe un tortazo, cachete, insulto o grito no decimos nada o incluso decimos que se lo merecía, y esto me entristece porque significa que hemos normalizado el maltrato infantil. 

Del mismo modo que estas conductas hacia una mujer por parte de su pareja son maltrato y la inmensa mayoría de la población lo condena, no ocurre lo mismo con l@s niñ@s. 

Todavía hay muchas padres y cuidadores que creen que es la mejor forma de educar a sus hijos y también hay muchas personas que aún sin tener hijos están a favor de un bofetón a modo de corrección, por que los niñ@s de hoy en día... Y justifican estas acciones diciendo que a ellos les dieron cachetes cuando eran pequeños y les fue muy bien, que aprendieron así a respetar a sus mayores, y que ahora son adultos sin ningún tipo de problema, pero eso es lo que ellos se creen.

Ya lo decía Sócrates hace 25 siglos "La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debiera trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros".

No podemos olvidar que los niños son niños y se comportan como tal, están aprendiendo a relacionarse, a tolerar la frustración, a experimentar donde están los límites, a querer ser independientes, etc además de tener su propio carácter.

Hoy en día se considera una cualidad ser obediente y se escucha constantemente la frase de "¿se porta bien?" los padres quieren un hijo obediente pero que cuando sea adulto no sea sumiso y eso es totalmente contradictorio.

Cuántas veces habremos oído las frases "un bofetón a tiempo no hace daño", "a mi me dieron algún cachete y no pasó nada", "así aprendí a respectar a los mayores" , "gracias a los cachetes me he convertido en la persona que soy, con estudios, buen trabajo" y un largo etcétera.

Siempre que escucho frases de este tipo me hierve la sangre, no lo puedo evitar, tengo dos hijos y a veces te pueden llegar a sacar de quicio pero nunca les he pegado, no se me ocurriría primero porque los quiero muchísimo y lo que quieres no se lastima y porque no podría soportar que sufrieran física ni psicológicamente cuando las personas a las que más quieren y se supone que les deben proteger, es decir, sus padres les pegan.

Como bien dicen el castigo es el fracaso del educador y estoy totalmente de acuerdo, puedo decir y bien alto que a mis hijos nunca les he puesto la mano encima, ni les he castigado, ni insultado... me ha bastado con hablar mucho, mucho con ellos desde bien pequeños.

Actualmente los azotes están prohibidos en más de 30 países de todo el mundo, siendo Suecia el primer país en condenar explícitamente todo tipo de castigo corporal en 1979.

La Convención sobre los Derechos del Niño aprobada el 20 de noviembre de 1989 por las Naciones Unidas, considera que es obligación del Estado proteger a los niños de todas las formas de malos tratos perpetradas por padres, madres o cualquiera otra persona responsable de su cuidado, y establecer medidas preventivas y de tratamiento al respecto.

En su artículo 19 insta a los países a "adoptar todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo".

En España, no fue hasta el año 2007 cuando se eliminó el consentimiento legal para utilizar el castigo físico y fue con la Ley 54/2007, de 28 de diciembre, de Adopción Internacional que modificó el Código Civil, cambiando la redacción del artículo 154 del Código Civil español.

Antiguamente estaba redactado así "los padres o tutores podrán corregir razonable y moderadamente a los hijos".

Pasando a ser así la nueva redacción "La patria potestad, como responsabilidad parental, se ejercerá siempre en interés de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a sus derechos, su integridad física y mental."

También fue modificado el Artículo 268 del Código Civil, que rezaba así "los sujetos a tutela deben respeto y obediencia al tutor (...) podrán también corregir a los menores razonable y moderadamente".

Quedando así la nueva redacción "Los tutores ejercerán su cargo de acuerdo con la personalidad de sus pupilos, respetando su integridad física y psicológica."

De este modo un cachete, colleja, bofetada o cualquier tipo de maltrato ya sea físico, psicológico o por abandono se puede considerar un delito de violencia doméstica tipificado por nuestro Código Penal en el artículo 153 pudiendo ser castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o de trabajos en beneficios de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando el juez o tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona con discapacidad necesitada de especial protección, inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años.

Y no porque lo diga yo sino porque así lo confirma la Organización Mundial de la Salud, datos y cifras de la OMS de fecha septiembre de 2016 sobre maltrato infantil.

  • Una cuarta parte de todos los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños.
  • 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia.
  • El maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física que perduran toda la vida, y sus consecuencias a nivel socioprofesional pueden, en última instancia, ralentizar el desarrollo económico y social de un país.
  • Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
  • Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.
  • La atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.


A modo de conclusión y aún sabiendo que algunos lectores discreparán conmigo, quiero decir que se lo debemos a nuestros hijos y a nuestra sociedad, no podemos educar con golpes, gritos y castigos, existen métodos que nos pueden ayudar a criar a nuestros hijos sin lastimarlos.

Pero para ello hay que tener ganas, querer soltar la mochila que llevamos a cuestas desde nuestra infancia y proponérselo, os digo que se puede, a veces no es fácil pero se puede.

Es nuestra obligación como padres cuidar de nuestr@s hij@s, y protegerlos, no podemos educar con golpes, gritos y castigos.

Hoy en día existen métodos que nos pueden ayudar a criar a nuestros hijos sin lastimarlos, y podemos contactar con una persona especializada en coaching familiar y de crianza respetuosa para que nos ayude si es preciso.

Próximamente veremos como afecta el maltrato en el niño y cómo puede convertirle en el delincuente que no queremos que sea, porque no olvidemos que la violencia engendra violencia.


Si necesitas asesoramiento jurídico escríbeme!!!

Agustina Rico

Abogada