Por qué el permiso de maternidad debería ser ampliado

20.12.2018

La entrada de hoy es un post que ha escrito para nuestro blog Rosa Martínez Marán, una web de Crianza Sostenible que no os podéis perder, encontraréis temas tan interesantes como maternidad consciente, crianza respetuosa y vida sin tóxicos entre otros. 

La razón de este gran proyecto es su niño, desde que supo que estaba embarazada su propósito fue crear un mundo mejor para su hijo y lo está consiguiendo!!

La podéis encontrar aquí Rosa Martínez   

Rosa es docente en la Educación Pública, Asesora de Lactancia, Asesora de BLW, Educadora de Porteo, así como monitora de Piates, Teatro... y se sigue formando en Maternidad Consciente y Crianza Respetuosa.

Ahora sí, os dejo con el artículo de Rosa Martínez.

Por qué el permiso de maternidad debería ser ampliado 

Esta una pregunta con muchas respuestas y que deberíamos encarar desde diferentes puntos de vista: poniendo la atención en las necesidades del bebé, en la lactancia, en el papel de las madres y la conciliación y, por supuesto, echando un vistazo a los países que tenemos a nuestro alrededor. ¿Pero cuál es nuestro permiso por maternidad hoy en día?

Permiso por maternidad/paternidad en España

En nuestro país el permiso por maternidad es de 16 semanas o lo que es lo mismo, 112 días. El permiso puede ser disfrutado ininterrumpidamente, aunque puede ser compartido con la pareja. La madre está obligada a coger las seis primeras semanas, pero puede ceder las otras diez restantes al padre.

Durante mucho tiempo el permiso por paternidad fue de dos semanas, de hecho, fue el permiso del que disfrutó mi pareja en 2015 cuando nació nuestro hijo. El 1 de enero de 2017 el permiso se dobló a dos semanas y año y medio más tarde el 5 de julio de 2018 se amplió una semana más. Actualmente el permiso por paternidad es de 5 semanas. Sin embargo, volverá a ser ampliado en 2019 hasta las 8 semanas.

Hacia la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad

La plataforma por los permisos iguales e intransferibles de nacimiento y adopción (PPIINA) lleva desde 2005, año de su fundación, abogando por la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad.

Este año han conseguido entrar en la agenda política y que sus reivindicaciones sean discutidas en el congreso. El actual gobierno, socialista y Unidos Podemos han acordado un calendario que trata de equiparar los permisos de maternidad y paternidad: para 2019 se contempla una ampliación hasta las 8 semanas de permiso por paternidad; en 2020 subirá a 12 semanas; hasta llegar en 2020 a las ansiadas 16 semanas intransferibles y remuneradas para ambos progenitores.

¿En qué nos afecta a las mujeres esta equiparación?

Siempre es una buena noticia que se amplíe el permiso por paternidad, por experiencia propia, aquellas dos semanas dieron para muy poco cuando nació nuestro bebé. Considero básico que el padre se incorpore a la crianza de su hijo y tener un permiso remunerado siempre va a facilitar este proceso. La crianza y cuidado de los hijos es cosa de dos, y por tanto, deberíamos dar facilidades para que así sea.

Ahora bien, la equiparación entre permisos de maternidad y paternidad no considero que sea una cuestión de máxima urgencia en este momento. Observo con cierta amargura como mientras ponemos el foco en la ampliación del permiso por paternidad nos olvidamos de nuevo de dos protagonistas fundamentales de esta historia: madre y bebé.

Se desvía astutamente el problema hacia el permiso de paternidad. Porque hablamos de igualdad y hombres y mujeres deben ser iguales. Ya me gustaría que ese mismo rasero se utilizase cuando hablamos de remuneración entre hombres y mujeres y hubiese tanta prisa y consenso para igualar salarios por mismo empleo y hora trabajada.

¿Y la ampliación del permiso de maternidad?

Por desgracia, no está en la agenda política. Posiblemente en 2022 cuando ya hayamos equiparado permisos entre hombres y mujeres nos acordemos del corto y ridículo permiso por maternidad del que disfrutamos las mujeres en este país. Hoy no hay espacio en los planes de conciliación para cuestionarnos nuestro exiguo e insuficiente permiso por maternidad.

¿Qué sucede con los permisos de maternidad en el resto de Europa?

Existe un amplio abanico desde las 6 semanas de Portugal hasta los 16 meses de Suecia. Nosotros nos encontramos a la cola del ranking, solo superados por países como Portugal o Alemania que tienen permisos de maternidad aún más bajos que el nuestro.

Como ejemplos paradigmáticos de permisos de maternidad modélicos encontramos a Suecia. Aquí el permiso dura 480 días que pueden repartirse entre ambos padres. Desde el punto de vista económico la remuneración es del 80%. No es el único ejemplo, países como Reino Unido, Bulgaria o Noruega cuentan con permisos de maternidad que superan los seis meses.

¿Nuestro permiso por maternidad fomenta la lactancia?

No, en absoluto. El permiso por maternidad actual supone un escollo importante para lograr la lactancia materna exclusiva que sería el escenario ideal para cualquier bebé. Resulta muy contradictorio que desde diferentes organismos públicos e internacionales se defienda esto como un derecho y se conciencie a las madres lactantes de ello y las leyes no lo consideren prioritario y no adopten un compromiso firme.

La OMS, UNICEF y diferentes asociaciones de pediatría entre las que se encuentra la Asociación Española de Pediatría (AEPED) defienden que la lactancia materna es el alimento que un bebé debería recibir en exclusividad hasta sus seis meses de vida. A partir de esa fecha sigue siendo importante, pero se comienzan a introducir otros alimentos, lo que se denomina alimentación complementaria. No obstante, la lactancia materna sigue siendo fundamental hasta su primer año de vida.

La lactancia materna es un derecho tanto de la madre que lacta como del hijo que recibe el alimento. Derechos que pocas veces se respetan o se tienen en cuenta cuando la madre se incorpora al mercado laboral tras el permiso de 16 semanas.

¿Cómo funciona la lactancia materna?

Esta es una pregunta que me encantaría que contestasen las personas que dictan las leyes y que deciden que tipos de permisos por maternidad/paternidad debemos tener o no hombres y mujeres. ¿A alguien le importa? ¿Alguien se ha preocupado de aprender algo de lactancia?

Para que la lactancia se instaure con éxito es fundamental que el bebé se agarre al pecho lo antes posible al nacer. Si puede ser en la ventana de oportunidad que se abre en las dos primeras horas de vida tanto mejor. Está demostrado que los niños que maman inmediatamente después de nacer tienen menos problemas de agarre y lactan mucho mejor. Se trata de una impronta con la que nacemos. Si no es estimulada a tiempo es muy posible que esa facilidad para engancharse al pecho disminuya.

Cuanto más tiempo pasé entre el nacimiento y la primera toma más complicado será el agarre. No significa ni mucho menos que no pueda producirse o que tenga que ser anómalo sí o sí. Debemos tener en cuenta que siempre hablamos en términos de probabilidad.

¿La lactancia siempre es a demanda?

Sí, por supuesto. Afortunadamente hace tiempo que quedó atrás lo de las tomas cada tres horas y diez minutos en cada pecho. Durante los primeros meses los bebés maman a demanda.

A demanda significa que maman siempre que lo necesitan a cualquier hora y en cualquier momento del día. A demanda es que haya comido hace media hora y vuelva a pedir pecho porque vuelve a tener hambre. Esto es bastante asequible durante las 16 primeras semanas de vida de nuestro hijo en las que disfrutamos del permiso por maternidad.

La cosa se complica muchísimo cuando tenemos que volver a incorporarnos al trabajo tras las 16 semanas y resulta que nuestro hijo lactante sigue lactando a demanda. ¿Cómo se hace una lactancia materna exclusiva separada de tu hijo? Pues con muchas dificultades.

¿Qué sucede cuándo mamá se incorpora al trabajo?

Actualmente es incompatible que nuestro hijo nos acompañe al trabajo ya que las oficinas o entornos laborales no están pensados para los bebés.

Así que madre e hijo deben separarse durante una serie de horas al día estipuladas para que mamá vuelva a trabajar. Una separación que en nada beneficia a la lactancia y que contraviene las recomendaciones de la OMS y de otros organismos internacionales que defienden la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses.

Así nos encontramos con mujeres que destetan a los tres meses de vida de su hijo porque temen el momento de pasar al biberón cuando tengan que volver al trabajo. Madres que adelantan la alimentación complementaria a los cuatro meses en contra de las recomendaciones actuales para llenar el vacío y que su hijo no se quedé con hambre.

Las más concienciadas hacen un banco de leche para que la persona que quedé al cuidado de su hijo le proporcione su leche en biberón, vasito o jeringa. Pero desde luego, la leche materna se dé como se dé no sustituye los brazos de la madre.

La valiente que sigue adelante con la lactancia cuando tiene que incorporarse al trabajo tras el permiso por maternidad debe lidiar también con las miradas de estupor e incredulidad cuando decide extraerse leche con un sacaleches en sus pausas o descansos laborales.

Miradas de desaprobación por parte del sector masculino y femenino y comentarios del tipo, "no eres una vaca", "que atraso", "tu leche ya no alimenta" y más comentarios gratuitos e impertinentes a este nivel intelectual.

La hora de lactancia por ley

Los supuestos "defensores" de la lactancia insisten en que para favorecer la lactancia materna existe una hora de lactancia estipulada por ley que las madres pueden solicitar cuando se incorporan de nuevo a su empleo.

Consiste en una pausa de una hora dentro de la jornada laboral para lactar a nuestro hijo sin reducción de salario. Puede ser repartida en dos medias horas o tomar la hora completa.

Lo que no cuentan es que la hora de lactancia puede convertirse en una batalla laboral más que librar en este entramado tan complejo, a veces con sentencia judicial de por medio cuando la situación ya ha pasado y no es reversible.

La hora de lactancia sirve para acallar la conciencia de una parte de la sociedad y poder seguir diciendo que en nuestra sociedad la lactancia es apoyada. Un parche que es equivalente a tapar el sol con un dedo y que solo alcanza hasta los 9 primeros meses de vida de tu bebé. A partir de esa fecha las necesidades de lactar de tu hijo ya no son un derecho y no van a ser respetadas.

Las necesidades y derechos de tu bebé

He dejado para el final al verdadero protagonista de esta historia. El principal agente al que deberíamos escuchar y tener en cuenta. El problema es que los bebés no pueden hacerse oír, ni hacer una ponencia en el Congreso defendiendo sus derechos. Somos sus progenitores los que debemos alzar la voz y recordar lo importante que es para un bebé la presencia constante de su madre.

El bebé humano nace absolutamente indefenso y dependiente de su principal figura de apego que generalmente es su madre. La misma que sigue alimentándolo gracias a la lactancia materna igual que cuando estaba en su vientre.

Se nos olvida que biológicamente solo la mujer puede dar el pecho, que somos mamíferos y que así ha sido durante toda nuestra historia evolutiva. Eso biológicamente es un hecho incuestionable, aunque en nuestra era posindustrial se considere más productiva a una mujer formando parte de la cadena de producción que cuidando de su hijo durante al menos su primer año de vida.

Se nos olvida también que la lactancia no es solo alimento, sino que es presencia con todas sus implicaciones biológicas y psicológicas: es amor, es cariño, es seguridad, es calidez. Una mujer que lacta a su hijo le transmite más que nutrientes a través de su leche. Y esto nadie lo toma en cuenta.

No es un problema que el bebé sea dependiente de mamá, es que tiene que serlo si quiere sobrevivir. Si quiere sobrevivir tiene que establecer unos lazos afectivos y de apego con su madre. Su progenitora es fundamental y la leche materna cumple un gran papel en ese cometido.

Tu hijo con 16 semanas no diferencia entre él y tú, para él sois la misma persona. Así que resulta traumático verse separado de su madre de una forma temprana y quedar en manos de personas desconocidas para él con las que no tiene ningún vínculo afectivo. Es una de las razones más importantes por las que no deberíamos separar a una madre de su hijo a las 16 semanas de vida y por las que deberíamos luchar por un permiso de maternidad mucho más amplio.

Resulta contradictorio decir que defendemos los derechos de los bebés y en la práctica no hacerlo con ninguna medida que vaya en esa dirección.

Sigo diciendo que es una buena noticia que los permisos de maternidad/paternidad se equiparen pero seguimos olvidando a los verdaderos protagonistas: los niños y sus necesidades.

Es estupendo que su padre pueda cuidarle y ocuparse de él durante 16 semanas, pero en su desarrollo y para su salud, es fundamental que pueda lactar de su madre en exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Y esto solo será una realidad cuando los permisos por maternidad sean superiores a las 16 semanas y al menos tengan una duración de seis meses. 

Si tienes cualquier pregunta o sugerencia no dudes en dejar un comentario y Rosa o yo te responderemos.